Hedy y las perlas

Cuenta la leyenda, que en aguas panameñas del llamado Archipiélago de las perlas, allá por el año 1515 un esclavo indígena de la tribu de los Kuna se sumergió decidido a cambiar su destino y así fue como la encontró. Después de extraerla, cuando la tuvo entre sus manos, se atrevió a molestar al cacique de turno con tan asombroso hallazgo y este, al observar con extrañeza y sorpresa lo que tenía ante sí, dijo: "Es de peregrina belleza, coge lo que quieras". El valiente hombre Kuna, miro la quincalla postrada ante sus pies y alzó la vista con orgullo mientras se golpeaba el pecho diciendo: "Me cojo a mí".

Así fue como apareció La peregrina, ni mucho menos la perla más grande del mundo, pero si la más famosa y la más bella. Su extraordinario color, textura y su forma de lágrima han inspirado leyendas, historias y maldiciones. Su premonitorio nombre, hizo de ella una joya viajera, muchas reinas españolas, incluso la mismísima Elizabeth Taylor pasearon su inusual brillo en eventos y galas.

Así como La peregrina siempre fue considerada, con sus 58 kilates, la más bella de todas las perlas, Hedy Lamarr fue considerada la mujer más hermosa de la historia del cine, pero no fue su belleza únicamente lo que la hacía peregrina, sino su inteligencia fuera de lo común, ya que fue una niña superdotada, que además de actriz se convirtió en una brillante Ingeniera de Telecomunicaciones e inventora, patentando un sistema de mensajes secretos que fue considerado el antecesor del WiFi. Su excepcional aportación, obtuvo su merecido reconocimiento más tarde, cuando al decretarse el día internacional del inventor se escogió el 9 de Noviembre por ser el día en el que Hedy nació.

Hedy luce para la ocasión un precioso vestido de flecos de inspiración años 20, con unos magníficos salones en perla, collar de perlas a juego, y un clutch negro con bordados en plata a juego con la cinta que en su pelo sujeta una pluma negra. Cinematográficamente tiene una extensa carrera, pero es difícil olvidar la belleza inquebrantable de Dalila ante las cámaras:  Sansón y Dalila (1949).

Para los que se hayan quedado con la duda, comentaré que La peregrina, perteneció a Elizabeth Taylor hasta su muerte en 2011, año en el que fue subastada en la casa Christie´s junto al resto de sus joyas. Se subastó engarzada en el collar con el que la lucía la actriz y alcanzó los 9 millones de euros siendo adquirida por un comprador anónimo. Los que, aquel día, se llevaron las manos a la cabeza en el salón de subastas por la desorbitante cifra, seguramente ignoran que quinientos años atrás, La peregrina fue vendida por algo aún más preciado: la libertad de un hombre.

Hasta la próxima muñeca.