jueves, 31 de octubre de 2013

Concha y la organza

A nadie le ha pasado desapercibido el reciente fallecimiento del gran Manolo Escobar. Los telediarios y demás programas de actualidad, le recordaron, y a más de uno se nos vino a la cabeza uno de los bofetones más sinceros que yo recuerdo en el cine: el que le propina Concha Velasco en una de sus muchas colaboraciones: Pero...¿en qué país vivimos? (1967).

En ese momento, mi cabeza se centró en Concha. Una muchachita de Valladolid que además de poseer una belleza natural incuestionable, se come las cámaras, llena los escenarios de teatro como pocas y convierte una película en importante por el mero hecho de estar ella en el reparto.

Es una actriz de esas que dejan huella, con un personalidad tan arrolladora, que le imprime a los personajes que interpreta mucha hondura, incluso en Televisión. Creo que es unánime la opinión de que al lado de su Carmen Orozco de Herederos, Angela Channing parece más buena.

Concha es como la organza, una tela suave que brilla con luz propia, pero al mismo tiempo de aspecto rígido, o lo que viene a ser lo mismo una actriz con gran talento y belleza pero al mismo tiempo con mucho carácter sobre el escenario.



Su Chis&Bru, tiene una espectacular falda en crochet de corte acampanado, en verde a juego con los zapatos y un tocado y un foulard de organza verde, que reflejan su esencia.

Respecto a los orígenes de la organza, se importó de la India directamente a Francia allá por el siglo XVIII, la palabra organza por lo tanto proviene del francés, originariamente siempre se utilizó en color blanco, de hecho es una tela muy apreciada para vestidos de novia.

Siento haberme visto obligada por motivos de fuerza mayor a estar alejada de mis Chis&Bru por un tiempo. Espero haber vuelto para quedarme, mientras que mi tiempo libre y mis circunstancias me lo permitan.

Hasta la próxima muñeca.